jueves, 18 de junio de 2009

“Cerveza, yo te quiero, yo te adoro”*


Por Adrián Pertoldi

Abro el armario y asoman la pila de revistas que cada mes comento que voy a tirar y por melancolía o vaya saber qué razones todavían forman parte de la geografía de mi cuarto. Agarro una y al hojearla encuentro esta gran frase del genial guitarrista Frank Zappa: “Toda nación industrializada tiene que tener, por lo menos, una aerolínea y una cerveza nacional. Tener un equipo o algunas armas nucleares ayudarán, pero es necesario tener, por lo menos, una cerveza”. Paradójico ya que a Zappa, hombre peculiar si los hay, detestaba la cerveza y prefería inmiscuirse en el mundo del tabaco, el café y hasta la pimienta. El rock, ya por su naturaleza social incorrecta, ha sido el género más asociado con la cerveza. The Beatles jamás olvidaron esas noches por la fría Hamburgo consumiendo copiosas cantidades de cervezas alemanas y cantando frente a un público que apenas podía comprender sus letras. A su vez, bandas emblemáticas como Rolling Stones, AC/DC y desde el palo punk The Ramones transfirieron en letras su pleitesía por la cerveza y, sobre todo, la gratificación de beberla. The Doors, otro grupo referencial, citaba en Roadhouse blues “Me levanté esta mañana / y me conseguí una cerveza / porque el futuro es incierto / y el final está siempre cerca”.

En Argentina se conserva la misma interacción. A lo largo de la historia del rock nacional, la cerveza fue, es y será un sujeto de adoración para el ambiente local. Quien no recordará Fiesta cervezal, esa magistral canción que Norberto Pappo Napolitano compuso en 1973, que decía “quiero tomar un trago / de cerveza fresca para mi sed / hace calor en esta fiesta”. Memphis también la convoca en Angelitos culones: “La cerveza impaciente debe transpirar / si nadie la toma se va a calentar / Sueño si tuviera sueño / dormiría un día entero y despertaría / y la cerveza todavía fría con mis amigos compartiría”. Los Cadillacs en Te tiraré del altar también imponen su impronta en este asunto:
“Cuando comienza a irse el sol / y la cerveza se empieza a acabar / yo me pregunto por qué / por qué mi amor se fue / tan solo me dejó / olvidado en el bar”.

La cerveza y el rock. Sinónimos de rebeldía, diversión y reviente. Ah, y un par de canciones que quedarán en la memoria de todos. Cierro el armario y todo sigue igual. Subo la música y la voz de Jim Morrison alarma que el futuro es incierto y el final está siempre cerca. Será hora de conseguir una cerveza.

*Fragmento del tema Canción de amor de 2 Minutos

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena nota!!!!